Por María Almonacid Soto, Licenciada en Ciencias Biológicas Magister en Biotecnología Bioquímica y estudiante del programa de Doctorado en Ciencias de la Acuicultura Universidad Austral de Chile.
Interrogantes
¿Qué?,¿Cómo?, ¿Por qué? y ¿Para qué? son preguntas planteadas continuamente en el quehacer de la investigación científica, que inspiran la utopía de un mundo mejor.
Cambiar el paradigma, comprendiendo la compleja interacción de un todo, es el real problema. De esta manera lograr un equilibrio ecosistémico es la meta, para contribuir a un manejo, potenciando la interacción entre una sostenibilidad social, sostenibilidad económica y sostenibilidad ambiental, es crucial.
Informe Brundtland y la sostenibilidad
Pueden existir desacuerdos entre los protagonistas de cada enfoque, pero sin perder el real objetivo del desarrollo sostenible, según el informe de la comisión Brundtland Mensah, J (2019) “desarrollo que satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” , lo cual conlleva a la sostenibilidad medioambiental.
Finalmente, la sostenibilidad social como sostenibilidad centrada en el lugar y orientada en los procesos, podría ser una luz verde, a la compleja interacción, la cual es totalmente integrada entre los agentes representantes de cada enfoque, los cuales intrínsicamente tienen perspectivas única.
Pero deben trabajar colaborativamente considerando las perspectivas de otros agentes, siendo la sostenibilidad un eje central de la integración de los acuerdos, para propiciar un equilibrio, entre medio ambiente, economía y prioridades sociales.
Contribuir a la investigación científica en un área compleja y de gran diversificación de problemas de interés científico, es un pequeño aporte al desarrollo de nuestra región